Este amoroso tormento
que en mi corazon se ve,
se que lo siento,
y no se la causa porque lo siento.
Siento una grave agonia por lograr
un devaneo que empienza
como deseo y para en melancolia.
Y cuando con mas
terneza mi infeliz estado lloro,
se que estoy triste
e ignoro la causa de mi tristeza.
Siento un anhelo tirano por la ocasion
a que aspiro y cuando cerca
lo miro yo misma aparto la mano.
Porque si acaso se ofrece despues
de tanto desvelo,
la desazona el recelo
o el susto la desvanece.
Y si alguna vez sin susto
consigo tal posesion,
cualquiera leve ocasion
me malogra todo el gusto.
Siento mal del mismo bien
con receloso temor,
y me obliga el mismo amor
tal vez a mostrar desden.
Cualquier leve ocasion labra en mi pecho
de manera que el que imposibles
venciera se irrita de una palabra.
Con poca causa ofendida suelo,
en mitad de mi amor,
negar un leve favor
a quien le diera la vida.
Ya sufrida, ya irritada,
con contrarias penas lucho,
que por el sufrire mucho
y con el sufrire nada.
No se en que logica cabe el
que tal cuestion se pruebe,
que por el lo grave es leve
y con el lo leve es grave.
Sin bastante fundamentos
forman mis tristes cuidados,
de conceptos enganados,
un monte de sentimientos.
Y en aquel fiero conjunto hallo,
cuando se derriba,
que aquella maquina altiva
solo estribaba en un punto.
Tal vez el dolor me engana,
y presumo sin razon que no habra
satisfacion que pueda templar mi sana.
Y cuando a averiguar llego el agravio
porque rino, es como espanto
de nino que para en burlas y juegos.
Y aunque el desengano toco,
con la misma pena lucho de ver
que padezco mucho
padecimiento por tan poco.
A vengarse se abalanza tal vez
el alma ofendida y despues,
arrepentida, toma de mi otra vengaza.
Y si al desden satisfago es
con tan ambiguo error que yo
pienso que es rigor
y se remata en halago.
Hasta el labio desatento suele,
equivoco tal vez,
por usar de la altivez,
encontrar el rendimmiento.
Autora:Sor Juana Ines de la Cruz.
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