XXV Melancolia. (Ruben Dario)
XXV MELANCOLÍA
A Domingo Bolívar
Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía.
Soy como un ciego.
Voy sin rumbo y ando a tientas.
Voy bajo tempestades y tormentas
ciego de sueño y loco de armonía.
Ése es mi mal.
Soñar.
La poesía es la camisa férrea de mil puntas
cruentas que llevo sobre el alma.
Las espinas sangrientas dejan caer las gotas de mi melancolía.
Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;
a veces me parece que el camino es muy largo,
y a veces que es muy corto...
Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata,
y mato al que me quiere ver triunfante.
Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.
Pero yo, por mejor partido,
escojo de quien no quiero,
ser violento empleo, que, de quien no me quiere,
vil despojo.
Y en este titubeo de aliento y agonía,
cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
Rubén Darío
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